¿Celos o capricho?

Capítulo 24

Nicolás se había cansado de esperar a Amaranta llevaba más de 25 minutos esperando la había llamado por teléfono a su casa y nada y su celular fuera de cobertura y cuando iba llegando a su edifico vio que estaban los bomberos la sangre se le helo y corrió como alma que lleva el diablo, porque su primer pensamiento fue que el dpto. de Amaranta ardía en llamas, pero cuando llego al hall central vio que los bomberos trabajaban en el ascensor a él le volvió el alma al cuerpo, pero cuando iba a subir por las escaleras escucho a un par de “señoras bisagras” (mujeres que pasan todo el día pendiente de lo que hacen sus vecinos), que decían que el bombonazo del doc. estaba ahí encerrado con su hermosa vecina la linda publicista y decían que hacían una pareja muy agradable, se alejó de aquellas viejas metiches, no le hacia ninguna gracia que Amaranta estuviera encerrada con ese medicucho por lo que había visto en los días que llevaba saliendo con ella siempre que salían de su dpto. él siempre la espiaba por el balcón que colindaban esa mirada marcada por los celos, por la actitud de él bien se podría decir que en su momento fueron algo más que vecinos pero ahora ella era suya para hacer lo que quisiera con ella y si la sacaban luego de ese bendito ascensor, la llevaría a cenar y en la noche la tendría como siempre la había querido en su cama con su hermoso pelo esparcido por la almohada y gimiendo su nombre no el de ese imbécil, pero primero tendría que averiguar por qué se habían quedado atrapados ahí y se acercó a los bomberos y les pregunto qué había pasado.

-No lo sabemos señor, pero puede que sea solo por falta de mantención y ahí hay dos personas por lo que nos han informado.

-Sí, una de ellas es mi novia, ¿sabe al menos si están bien? ¿Es necesaria más ayuda?.

-No, pero le pediría que se mantuviera lejos para poder hacer nuestro trabajo más rápido.

Cuando se alejó un poco empezó a pensar en todas la señales que le había dado, si bien con él lo pasaba bien era otro el que ocupaba sus pensamientos y un lugar muy especial en su corazón, bien porque él no quería su corazón el de Amaranta sólo quería su cuerpo, saciar la sed que sentía sólo por ella ninguna de sus “amigas” frecuentes le apetecía en sus sueños eróticos sólo aparecía ella, era ella la única que podía apagar ese fuego que ardía en sus entrañas.

Pero los gritos de los bomberos lo volvieron a la realidad, habían podido abrir un poco del ascensor pero como estaba oscuro no vieron nada pero escucharon gemidos por lo que pensaron que eran porque estaban heridos, pero cuando las puertas se abrieron lo que vio lo hizo ponerse más furioso de lo que había pensado, ahí estaba Amaranta pegada a una pared lateral del ascensor con el medicucho ese devorándole literalmente la boca a ella que no lo hacía nada de mal devolviéndole el beso y gimiendo como una perra en celo, la furia lo cegó porque el que tendría que estar disfrutando ella tendría que ser él, él tendría que ser el que debería estar disfrutando de esa boca y ella tendría que estar en su cama en esos instantes no aplastada en la pared de un ascensor donde además todos los bomberos están viendo el show y lo miraban con lastima en sus ojos.

-AMARANTA!.-grito-.

Vio la sorpresa y todo paso en cámara lenta la vio ponerse roja de pies a cabeza y alejo a ese imbécil con un suave empujón, el cabrón recién ahí fue consiente de donde estaban y se tensó e hizo algo por lo que lo haría pagar paso una mano por la cintura de Amaranta y esta sólo se quedó mirándolo con un rostro inexpresable.

-Oh gracias a Dios que nos han salvado a mí y a mi novia señores.

-Pero espere.-dijo el bombero y apuntando a Nicolás dijo-.¿No era su novia señor?.

-Oh…. ¿yo dije eso?.-dijo claramente irritado pero no afirmo ni negó nada-.

-Oh no se preocupe señor bombero.-dijo Lucas disfrutando mucho de la cara de enojo de aquel vegete.-Lo que pasa es que el señor aquí estaba preocupado por su amiga ya que si le pasa algo quien le dirá al caballero como pintarse las uñas.

-jajajajaja ¿enserio hombre?.-dijo el bombero.- Pues no se preocupe por lo que veo su amiga estaba muy bien cuidada.

-Sí, yo también lo veo.-dijo con voz tranquila, pero con mucho veneno-.

-Ahora que ya están todos sanos y salvos nosotros nos retiramos hasta luego señorita, señor y caballero.-dijo en un tono sarcástico el bombero-.

Amaranta quien en todo momento se había mantenido callada mirando como esos dos imbéciles se peleaban como dos niños por ella como si no estuviera ahí saco la voz le importaba muy poco que uno de ellos fuera su jefe.

-Ustedes par de idiotas ¿Cómo se les ocurre decir que soy novia de ambos?, hasta donde yo sé estoy bien soltera no soy posesión de nadie me escucharon y ahora si me dan permiso me iré a mi casa…sola.

Y se fue dejándolos ahí como tontos mirando sorprendidos por el repentino ataque de furia de ella, pero a penas desapareció por la escalera se enfrentaron cara a cara.

-Yo no soy gay doctorcito de cuarta última vez que acepto que me trates así.

-Sé muy bien que no eres gay pero si eres un viejo verde, ¿Cuántos años le llevas a elle?,30 o 40.

-Cállate que lo que ella haga o no conmigo no es asunto tuyo porque como bien dijo ella es soltera.

-Sabes que eso es mentira, porque está conmigo a ti solo te uso para sacarme celos abuelo.

-No me llames así, y si me uso para eso pues bien hizo un trabajo muy bueno porque me la tire todas las noches que nos viste salir.

-Eso es mentira porque ella me quiere a mí un joven que puede mantenerla despierta toda la noche no un abuelo que tiene que usar viagra para funcionar.

-Si no me crees pregúntale probablemente tú tengas su corazón pero yo le di el placer con mi cuerpo.

Y con esto se dio media vuelta y lo dejo ahí pasmado pensando en todo lo que le había dicho ese vegete, si Amaranta se acostó con él todo había terminado para ellos……..