Ascensor de emociones!

Capítulo 23

Lucas no podía seguir escuchando como Amaranta elogiaba a su jefe, como le decía que era mejor hombre que él, no le gustaba saber que alguien se la podría arrancar de su vida, por fin había encontrado a alguien que no le tenía miedo cuando llagara el momento del sexo y que disfrutaba con su enorme pene y por sobre todo alguien que se le había metido en la piel como ninguna mujer y eso era algo por lo que valía la pena cualquier cosa y ahora que le tenía de nuevo besándola con toda la pasión que no era capaz de decir con palabras, todo eso duro hasta que la sintió tensarse y alejarlo de ella.

-¿Quién te crees para hacerme esto idiota?, ¿creíste que con un  beso se me iba a olvidar todo lo que hemos pasado?.

-No, pero tenía que hacerte callar de alguna manera porque no soporto que me compares todo lo que vivimos nosotros a lo que estás viviendo ahora con ese imbécil.

-Bueno es mejor que te acostumbres porque desde ahora lo veras más seguido.-dijo con voz cortante-.

-¿Así y por qué?....si puede saberse.

-Porqué el hoy me iba a proponer ser su novia y yo lo iba a aceptar.-dijo categórica-.

-¿Cómo puedes aceptar esa propuesta?

-Porque tengo que encontrar la forma de sacarte de mi mente y Nicolás lo está haciendo un trabajo excelente.

-De verdad no te entiendo, porque no quieres saber nada de mi yo….yo estoy dispuesto a ser tu pololo si me lo pides otra vez.

-No tu tiempo ya paso sigue con  tú vida, pero espera tú seguiste antes que yo porque si mal no recuerdo estabas con una mujer en tú cama.-grito con lágrimas en sus ojos-.  

-Te dije que no había pasado nada con esa mujer no te voy a negar que hubieron besos locos pero nada más, creme…¿por favor?

-No puedo ni quiero creerte solo estoy hablando contigo porque me he quedado atrapa en este maldito ascensor si fuera por mi jamás te volvería a hablar.

-No me mientas porque yo sé que todavía te mueres de ganas por tenerme de vuelta en tu cama gimiendo mi nombre y no el de ese anciano, que quieres mi pene dándote placar y no un pene que ha estado quizás con cuantas mujeres, porque seamos sinceros el debe de haber tenido un millón de amantes mientras que yo en toda mi vida he tenido a una sola…TÚ.

-Tú no sabes nada como puedes decir todas esas mentiras mi jefe es un hombre muy educado, un caballero y aunque su pasado sea así yo solo diría que es un hombre con experiencia que me enseñaría cosas que contigo nunca aprenderé.-lo pincho ella-.

-No te creo pero tu acaso no crees que lo bonito seria que esas experiencias las vivas con alguien que al menos siente algo por ti, y que por supuesto que las descubran juntos.

-No.-mintió ella-.Así que aléjate de mí.

Con un suspiró resignado Lucas se movió Asia el otro lado del ascensor se moría de ganas por tener a Amaranta de nuevo en su cama, por sentir su piel suave sus pechos llenos y esos pezones que pedían su atención, por perderse de nuevo entre sus piernas y escuchar sus gemidos cuando llegaba al éxtasis, pero más que el sexo él la quería devuelta en su vida.

-Dime ¿Cómo llegamos a esto? Estábamos bien conociéndonos ¿por qué me presionaste a ir más allá cuando no estaba preparado?

-Porque no puedo creer en las palabras de los hombres bastante daño ya me han hecho y porque en muy poco tiempo te convertiste en algo más que sexo para mí y yo la tonta creí que era reciproco.

-Si era reciproco pero me di cuenta demasiado tarde que era así y cuando iba a pedirte otra oportunidad tú ya salías con tu jefe.

 -Y que esperabas que me quedara como una tonta esperando a que reaccionaras, no señor y menos después de verte con esa mujer…ni pensar que había vuelto solo para darte una oportunidad.-lo último lo dijo en un susurro apenas perceptible pero que Lucas si lo escucho porque como un rayo la volvió a enjaular entre sus brazos.

-Repite lo que dijiste más fuerte…….repítelo……¿por favor?.-dijo el silencio solo lo rompían sus respiraciones-.

-Yo ese día había vuelto en la noche para darte otra oportunidad y cuando llego a mi dpto. al rato llegas tú muy bien acompañado y eso me sirvió para darme cuenta que era una estúpida en creer que no seguirías con tu vida tan rápido.

-Ya te dije que no pasó nada con esa mujer yo esa semana te llame todos los días y justo el día que vuelves yo venía muy pasado de copas y por eso con esa mujer, pero tampoco paso nada porque ella no me logro excitar ni un poquito como lo haces tú.

-Me juras que no pasó nada de nada con ella.-dijo ella esperanzada-.

-Te lo juro.

-Solo yo te éxito.

-Sí y te lo demostrare.

Con un beso que le robo hasta el alma procedió a demostrarle que era verdad lo que le decía, fue tanta la pasión que ni se inmutaron cuando el ascensor volvió a moverse y cuando las puertas se abrieron ni siquiera se dieron cuenta de que tenían unos espectadores muy curiosos y uno en especial muy enfadado…