Capítulo
22
Lucas
lo único que sintió al despertar fue un terrible dolor de cabeza ni siquiera
abrió los ojos y se quedó ahí pensando, haberse ido de juerga la noche anterior
con el afán de intentar olvidar a Amaranta no había sido su decisión más
acertada, después de un par de tragos
junto a sus amigos de lo último que se acordaba
era una mujer sentada al lado suyo, seguramente alguno de sus colegas lo
había llevado a su casa hoy como hace una semana la llamaría todo el día para
pedirle perdón y que estaba más que dispuesto a seguirla al fin del mundo, pero
cuando estaba a punto de levantarse sintió una pierna suave al lado suyo y como
un rayo se levantó.
-¿Quién eres tú?.-susurro y ahí
se dio cuenta que estaba en ropa interior y la mujer de la cama solo con unas
diminutas prendas.-
-¿Ahora
me desconoces? “bichito”.-dijo melosa-.Después de lo de anoche.
-Dime que no hicimos nada dímelo por
favor.-susurro pálido no podía creer como había terminado una mujer en su cama,
y si Amaranta había elegido justo esa noche volver no tendría nada que hacer
para que volviera con él-.
-Me encantaría decir que paso
algo que valiera la pena recordar, pero aparte de unos locos besos no fuiste
capaz de levantar a ese pequeño soldado que tienes y no paraste en toda la
noche de llamarme por el nombre de una tal Amaranta que claramente es la mujer
que te tiene bien agarrado de las pelotas.
-Oh
Dios mío! No te creo, ¿de dónde nos conocemos?.
-¿Es enserio? Del bar donde
anoche me prometías una noche que jamás olvidaría, noche que jamás paso.
-Oh mi Dios! Que he hecho serias
tan amable de hacer abandono de mi dpto. o ¿te debo algo?.
-Que!.-chillo.- no soy ninguna
puta, de todos los hombre que estaban anoche en el loca me tenía que topar
contigo con razón esa tal Amaranta te dejo.
-No hables de lo que no sabes y
ahora por favor fuera de mi casa.- Al ver que ella no se movía grito.-AHORA!.
-Ya voy que genio por dios.
Cuando
esa mujer se fue de su casa, fue hacia el balcón y escucho los acodes de Elvis
Presley y supo que ella había vuelto poco le falto para volverse loco pensando
donde podía estar, ya sabía que sus padres vivían en San Bernardo pero como
ella no le contestaba el teléfono, no sabía qué hacer para escuchar su voz otra
vez pero no le quedaba más que esperar que ella decidiera volver, y ahora si
ella había escuchado algo no tendría cara para pedirle que volvieran a
intentarlo….que fuera su polola.
Cuando
abandono su dpto. Choco directamente con ella afirmándola por la cintura y su
libido se disparó como un cohete.
-Miren
quien nos honra con su presencia, ¿Dónde te habías metido mujer?.
-Perdón tú no eres nadie para
pedirme explicaciones, hace una semana dejaste muy claro que no querías tener
nada que ver conmigo y yo no le ruego nada a nadie.
-He estado muy preocupado por ti,
¿Viste al menos los mensajes que te deje?, no contestabas mis llamadas y después
de como termino ese día estaba preocupado por ti.-dijo mientras le acariciaba
la cintura, se negaba a dejarla ir.- me estuve volviendo medio loco por ti.
Amaranta
ya había escuchado mucho mentiras de su “bruto” si la había echado de menos tanto
¿Por qué estaba con otra mujer ayer en su casa?, cuando una persona se interesa
por otra se supone que dejan de interesarles las demás mujeres, pero la suerte
de Amaranta era única porque siempre terminaba con hombre que cuando no tenía
su afecto la reemplaza muy rápido por cualquiera pero eso se acabó si él podía olvidarla
así de rápido ella sería más rápida aun, ya que sabía que usar un tercero no
era una muy buena idea, pero su traición le había nublado todos los sentidos y
cuando anoche sonó su teléfono no dudo en aceptar la invitación de su jefe en
salir a tomar una copa y sabiendo que eso no le gustaría para nada a Lucas no
dudo en aceptar quería pagarle con la misma moneda, ya que ella venia dispuesta
a todo ayer y de nada le sirvió.
-Si claro tan loco que anoche la
puta que trajiste a tú casa dejo muy claro lo mucho que me echabas de menos,
deja de decir mentiras y déjame ir a trabajar…..¿Por favor?.
-No es lo que tú piensas no pasó
nada con esa mujer te lo juro por dios.- susurro ya sabía que no podía haber
tenido más mala suerte, pero ahora de nada le servían las lamentaciones.-Tienes
que creerme.
-No puedo ni quiero y además a mí
no me debes explicación alguna, tenías razón tenemos que ser capaces de rehacer
nuestras vidas y me alegro de que tu dieras el primer paso.-mintió, nunca le había
dolido tanto en su vida decir una mentira-. Ahora si me sueltas poder seguir yo
con la mía.
-Esta conversación no ha
terminado Amaranta yo no me acosté con esa mujer y te lo demostrare.
-Si como sea hasta luego.
Desapareció
por el ascensor dejándolo solo con sus pensamientos, hace una semana había dado
lo que fuera para no estar cerca de esa mujer y ahora lo pensar era en cómo hacer que ella le creyera que no se había acostado
con esa mujer de la cual no sabía ni su nombre no sabía cómo había podido caer
tan bajo.
Cuando
Amaranta llego a la oficina pasó al baño para retocarse el escaso maquillaje
para que no se le notara que había llorado todo el trayecto a su trabajo otra
vez por culpa de un hombre porque seamos sinceros a los hombres la cosa del
sexo le funciona en otro sentido mientras tengan un lugar donde meter el pene
ellos son felices. Trabajó todo el día como de costumbre y cuando llego la hora
de salir su guapo jefe que ese día lucía un terno que le quedaba como un guante se pasó por su oficina
y le pregunto
-¿Te
vienes conmigo o iras en tu auto bonita?.
-Hola jefe si no te molesta me
puedes llevar es que ando en el auto de mi papa y quede un poco justa con la vecina
así que mañana me lo llevaría a llenar el estanque.
-Claro
preciosa ningún problemas…¿Nos vamos?.
-Si
voy.
Cuando
llegaron al pub era muy tranquilo y Amaranta con el despecho que llevaba encima
decidió llevar a cabo su plan, pero primero se tomaría los tragos que le darían
la confianza que necesitaba en ese minuto, ya en el tercero estaba relajada y empezó
con lo que tenia en mente.
-Jefecito
lindo serias tan amable de llevarme a casa, ¿por favor?.
-Por
supuesto Amaranta no tengo ningún problema.
Cuando
se pusieron de pie Amaranta perdió un poco el equilibrio y su siempre atento
jefe la tomo por la cintura y cuando lo miro para darle las gracias le sorprendió
ver la chispa de deseo en sus ojos.
-Gracias
ya estoy bien.
-¿Segura?.
-Si
vamos a mi casa porque mis pies no dan más con estos tacos.
-Si pero te hacen parecer sexy
con ellos puestos.-Nicolás siempre había tenido un fetiche con los zapato y
verlos en esas piernas no le ayudaban de mucho a su libido.
-Gracias
¿nos vamos?
-Claro
vamos
Cuando
salieron del ascensor el ambiente se notaba muy tenso entre ellos, pero cuando
Amaranta fue a abrir su puerta la llave se le cayó, agachándose por ella choco directamente
con su jefe y este dijo.
-¿Tu
no estas saliendo con nadie?
-No,
¿Por qué?
-Porque
yo. Yo queriasabersiquieressalirconmigo.
-Que
dijiste más lento para que lo pueda entender.-dijo con una sonrisa-.
-Dije
que si querías salir conmigo………