Capítulo 39
Lucas nunca en su vida se había sentido tan desolado en su
vida, busco a Amaranta por todos lados su madre le dijo los lugares donde
podría encontrarla pero nada, trabajaba como un robot no comía bien y dormir
tampoco lo hacía tan a menudo ya no sabía que más hacer la mujer de su vida
había desaparecido y de eso ya son 3 meses.
Amaranta estaba en la tranquilidad de Isla negra un lugar
que siempre había querido visitar pero que nunca por diferentes motivos no
había podido, pero le hubiera gustado recorrerla con Lucas pero de todo corazón
le deseaba lo mejor, ya hace 3 meses que arrendaba la misma cabaña sabia por su
madre que Lucas la llamaba al menos 1 vez a la semana para preguntarle por
ella, pero no se sentía lista para hablar con él aun todavía le dolía que la
traicionara con Amaia, pero sabría que más temprano que tarde tendría que
volver y enfrentarse a él pero por ahora no se sentía lista, se había
acostumbrado a el ritmo de vida en la playa pero sabía que tenía que volver su
madre quería verla ya tenía decidido que volvería la próxima semana Lucas tenía
que saber una verdad que por más que quisiera no podría ocultarla para siempre.
El día no podía haber comenzado peor ya se había peleado con
su asistente y ahora tendría que aguantar toda la tarde en su dpto. sólo con
los recuerdos de los días felices que vivió junto a Amaranta, daría cualquier
cosa por verla sólo una vez más y también tendría que aguantar las fiestas que
organizaba Amaia ya que se había negado a dejar el dpto. de Amaranta, pero en
fin a su dpto. no le haría ningún mal un buen aseo, bajando en distintos
pensamientos llego a su dpto. y se pasó la mitad de la tarde, estaba en lo
mejor cuando tocaron el timbre su corazón parecía que se le fuera a salir del pecho
pensando que era Amaranta pero no, era la madre.
-Hola hijo.
-Hola señora Andrea, adelante
-Gracias, Lindo dpto.
-Gracias, le sirvo algo.
-Un vaso de agua.
-Altiro se lo traigo.
-Y ¿que la trae por aquí?
-Amaranta-.dijo.- sé dónde está
esa hija mía.
-Dígamelo.
-Está en Isla Negra arrendando
una cabaña, nos invitó a pasar el fin de semana ahí pero nosotros queremos que
vuelva y para eso te sedemos en lugar para que la traigas devuelta.
-Claro que la traeré devuelta, si
es necesario la traigo a lo cavernícola pero ella me va a escuchar.
-Lucha por ella hijo pero no la
presiones porque se volverá a alejar de ti.
-No, señora no puedo dejarle
escapar otra vez ella es mía y la quiero devuelta para siempre en mi vida.
- Bueno te dejo la dirección yo
me voy mi marido y mis hijos no sobreviven 2 minutos sin mí.
-Muchas gracias no sé cómo
pagarle esto.
-Trayéndome a mi niña devuelta.
-Eso se lo aseguro.
Cuando la madre de Amaranta se fue el corrió a su pieza a
arreglar un bolso, no le daría el tiempo para volver a escapar antes de la
noche estaría en su cabaña.
Amaranta recién había vuelto de la playa solía hacer esos
paseos cuando ya caía el atardecer y volvía para preparar su cena y estaba tan
absorta en su trabajo que no escucho cuando llamaron a la puerta, pensando que
era su casera que venía por el dinero del mes llego y abrió pero no era su
casera, era un Lucas muy enojado.
-¿Qué haces tú aquí?
-Hola bruja yo también me alegro
de verte.
-Pues yo no así que vete.
-Oh no señor yo no me voy de aquí
si no es contigo.-y fue durante ese forcejeo que el estómago de Amaranta quedo
al descubierto, pero su intento por taparlo fue inútil.
-Oh mi dios!, ¿no pensabas decírmelo?!.-grito
enojado Lucas-.
-Claro que sí pero este niño es mío.
-No cariño ese niño es nuestro y
aunque sea lo último que haga en esta vida tu voleras a ser mía…